LEYES FISICAS DEL MOVIMIENTO: La parte de la Mecánica que estudia la relación entre las fuerzas y los movimientos que provocan se denomina DINÁMICA.
La Dinámica se basa en tres Principios fundamentales que fueron enunciados por Isaac Newton:}
1. Principio de Inercia (Primera Ley de Newton): Para modificar el estado de reposo o movimiento de un cuerpo, partícula o grupo de partículas es necesario aplicarle una fuerza.
2. Principio de Proporcionalidad entre fuerzas y aceleraciones (Segunda Ley de Newton): La fuerza que actúa sobre un cuerpo, partícula o grupo de partículas es igual a su masa multiplicada por su aceleración. También se conoce como principio de igualdad entre la fuerza que actúa y la variación de la cantidad de movimiento (“momentum”) con respecto al tiempo que produce.
3. Principio de Acción y Reacción (Tercera Ley de Newton): A toda fuerza se opone otra igual y de sentido contrario. Cuando un cuerpo (partícula o grupo de partículas) interacciona con otro cuerpo (partícula o grupo de partículas), la fuerza que ejerce el primero sobre el segundo es igual y de sentido opuesto a la que este ejerce sobre el primero.
MECANISMO DE LA PROPULSION:
Para que un cuerpo se acelere es necesario aplicarle una fuerza (por la Segunda Ley de Newton) y debe existir otro cuerpo al que le aplique una fuerza igual y contraria (por la Tercera Ley de Newton). Si como consecuencia de la fuerza aplicada sobre el cuerpo (avión) este se desplaza en una determinada dirección, debe haber otro cuerpo (gases de escape de motor) que lo haga en sentido contrario. Se consigue que haya una fuerza aplicada sobre el avión (por el motor), y que haga acelerar a este y/o vencer la resistencia aerodinámica que le opone la atmósfera en que vuela, mediante la variación de la cantidad de movimiento que el motor imprime a los gases que lo atraviesan.
MOTORES Y PROPULSORES:
Los distintos sistemas empleados para hacer mover cualquier móvil disponen para hacerlo de motor y de propulsor que, generalmente, se encuentran bien diferenciados. El motor es el encargado de extraer la energía (química) contenida en la fuente que la contiene (combustible) y transformarla en energía mecánica (que puede ser un par de fuerzas, par motor, en el eje del propio motor). El propulsor es el encargado de transformar esa energía mecánica proporcionada por el motor en energía cinética (de movimiento) del móvil. En el automóvil el motor se encarga de extraer la energía del combustible (gasolina o gas‐oil) y transmite la energía mecánica al propulsor que son las ruedas motrices del coche. El par motor en las ruedas se convierte en energía cinética (movimiento) del coche. En el caso del ferrocarril eléctrico su motor es el encargado de transformar en par motor (mecánico) la energía eléctrica que recibe de la catenaria y transmitírsela a las ruedas motrices de la locomotora (propulsor). La hélice del barco o del avión es el propulsor en ambos medios de locomoción. Solamente los motores a reacción usados en aviación son a la vez motores y propulsores (“motopropulsores”), ya que transforman directamente la energía química contenida en el combustible en energía cinética del chorro de gases que sale del motor y que es el que propulsa al avión en sentido contrario. Se denominan Grupos Motopropulsores a los formados por la combinación de un Motor (generador de energía) y un Propulsor (encargado de ejercer la fuerza de propulsión). Es el caso por ejemplo de los Turboejes en que el motor turboeje se encarga de generar la energía para mover las transmisiones y son los rotores los encargados de propulsar al helicóptero. Los motores de reacción se clasifican en “autónomos” y “no autónomos”. Los primeros, como los motores cohete, llevan a bordo todas las especies químicas necesarias para producir la combustión. Los segundos solo llevan el combustible y el oxidante (oxígeno) necesario lo toman del medio (atmósfera) en que operan.